Fin de semana en Guadalupe: tras las huellas de Isabel la Católica
Del 9 al 11 de Mayo, un grupo de 30 médicos colegiados, acompañados de familiares y amigos, volvimos a disfrutar (algunos asistentes al Camino Romano que realizamos del 15 al 19 de Marzo pasado, repitieron), de una enriquecedora y entrañable experiencia en el Monasterio de Guadalupe.
Nuestra principal motivación fue recorrer, a pie, la histórica Ruta de Isabel la Católica siguiendo los pasos de la reina en su peregrinación hacia este emblemático enclave espiritual y cultural. La caminata, de casi 16 kilómetros, recorre algunos de los parajes más bellos de la Sierra de las Villuercas, y aunque resultó muy exigente, recorrerla ha sido muy gratificante al permitirnos no solo conectar con la historia y el paisaje, sino también disfrutar con el grupo, en un ambiente de compañerismo, reflexión y alegría compartida.
También repetimos la experiencia pasada con los mismos guías, Marise y José Antonio, de la empresa NaTRural-Astrovilluercas, que no solo nos acompañaron con profesionalidad y cercanía durante todo el recorrido, sino que nos regalaron momentos únicos. Marisé y José Antonio, tras una estupenda cena de bienvenida en el Parador, nos ofrecieron, una magnífica Visita Teatralizada al Parador, que nos sumergió en la historia con una sensibilidad y un humor extraordinarios. Y, como colofón, José Antonio tras guiarnos por el Cañón del Rio Ruecas donde admiramos las Pinturas Rupestres, volvió a maravillarnos con una una clase magistral de geología para entender la configuración del paisaje con su relieve Apalachense y con su talento al imitar con asombrosa precisión los cantos de las aves del entorno, despertando admiración y sonrisas por igual.
Como guinda a su bien hacer nos recomendaron participar en la Promoción “SoyEcoturista” realizando un cuestionario del Observatorio de Ecoturismo en España, y una de las parejas de colegiados asistentes ha tenido la fortuna de ganar un viaje a Lanzarote.
El Monasterio de Guadalupe, joya del patrimonio extremeño, nos acogió como siempre con su serenidad centenaria, su imponente arquitectura y su atmósfera de recogimiento. Allí, entre charlas, visitas culturales y momentos de descanso, volvimos a disfrutar vivencias inolvidables.
Volvemos a casa con gran satisfacción y la promesa de seguir compartiendo caminos que nos unan más allá de lo profesional.